[Publicado en TGN Blog y el FET a Tarragona]
Un reto deportivo y solidario, de superación personal. Así es como se puede definir lo que el tarraconense Xavier Moya tiene entre ceja y ceja para este mes de noviembre. Junto con el atleta y preparador físico Jesús Gellida participará a la Draa Running Expedition, en el Valle del Draa, en el desierto del Sáhara.
Moya y Gellida forman el equipo Ni un paso atrás. El nombre representa la situación vivida por Xavi durante los últimos siete años. El tarraconense es un claro ejemplo de como el deporte, y en concreto correr, es una potente herramienta en el proceso de recuperación de la adicción a las drogas y, por extensión, de cualquier proceso de sanación y crecimiento personal, emocional y psicológico.
Ahora hace un año Xavier se unió al Club Excursionista Alliberadrenalina, del cual formaba parte también Jesús Gellida. Fue allá cuando se generó un vínculo especial entre los dos. Y todavía más cuando Jesús conoció la historia de Xavier de primera mano. Al enterarse que Gellida era preparador físico, le pidió que lo preparara para su segundo maratón. A partir de esta relación decidieron participar en la Draa Running Expedition, una prueba de 148 km por etapas, no competitiva pero de extrema dureza por todo lo que comporta.
El deporte como herramienta de progreso
Moya explica que el hecho de ir al Sáhara también viene motivado por la muerte de su madre el diciembre de 2022. “Teníamos pendiente un viaje juntos a Marruecos y quiero dejar parte de sus cenizas en el desierto”, comenta. Así mismo, pero, lo que destaca es el reto personal que todo ello comporta.
El año 2016 Xavier empezó su recuperación de la adicción. Hace siete años pesaba 35 kg más y “no tenía ningún tipo de motivaciones ni practicaba deporte”. Admite que hace dos años “ni me habría planteado un reto de estas características y ahora creo que lo puedo afrontar y, a la vez, hacer eco de la enfermedad”. Más allá de dar a conocer los peligros sobre el consumo de drogas y la adicción, quiere difundir como el deporte puede ser uno de los motores más importantes para enfocarse en una recuperación mental, poniéndose pequeños retos y progresar: “La constancia y el progreso ayudan muchísimo en una enfermedad emocional como la adición”, resume.
La pasión por correr de Xavi nace “porque el centro de recuperación donde estaba ingresado me obligaba a hacer deporte”. Se trata del Instituto Hipócrates, en Seva. Su monitora lo obligó a hacer una carrera de siete kilómetros cuando él no quería. Fue entonces “cuando algo hizo clic en mi cerebro”. Cogió el gusto de correr por el alrededor del centro y, a la vez, notaba una progresión física y mental.
Después de un año de ingreso en el centro, cuando volvió a vivir en casa de su madre en Tarragona, veía que “salir a correr era la única libertad que tenía y nació un vínculo extremadamente fuerte con el deporte”. Moya detalla que la vinculación con el aire libre le aportaba vida, además de ser un signo de superación. Desde entonces ha completado carreras de 10 kilómetros, medios maratones y maratones, ya sean por asfalto o montaña. Todo ello lo hace sentir mentalmente más equilibrado en un proceso que considera “duro pero bonito a la vegada”. “El deporte es lo que me ayudó a aferrarme al tratamiento”, expresa el tarraconense.
La emoción de atravesar la meta
El número de carreras hechas por Xavi Moya quizás no es impactante a escala deportiva, pero cada año ha conseguido superarse en número de kilómetros realizados y este 2023 rondará los más de 5.000. En este sentido, hace poco ganó su primera carrera de trailrunning. Lo define como “una explosión de emoción”, la misma que cuando atravesó la meta en su primer maratón, en Barcelona, en 2022, o cuando finalizo el primer maratón de montaña en Prades.
El deporte ha revitalizado a Xavi. Hace un tiempo solo le preocupaba “obtener dinero para comprar droga, de la forma que fuera”. Explica que durante el proceso de recuperación de la adición ha hecho “una parada total, dejando de creer en lo que pensabas que te gustaba”. Ahora, se encuentra en un proceso de reinserción social, y lo logra en parte gracias a correr, al club Alliberadrenalina y a Jesús. Ha conseguido dejar atrás todo su pasado y aprendió que “la gente que yo consideraba importante en mi vida quizás no lo era tanto”. “Yo solo podía ir con gente consumidora de cocaína y que bebiera como yo”, remarca.
Moya cree que “como adicto tienes que rehacer todo el entorno, con la única limitación de no consumir sustancias estupefacientes y normalizar despacio tu vida de forma pausada, progresiva y prudente”. Para Xavi, hay un punto clave: “un adicto no se recupera hasta que no toca fondo”. En este sentido, da un mensaje a las familias y entornos de las personas adictas y asegura que “hace falta que entiendan que está enfermo”. Ante su experiencia, relata que “el adicto se tiene que rendir, agachar la cabeza y entender que el problema lo tienes tú”. Se trata de una enfermedad que no se cura con ninguna medicina y, tal como argumenta, “solo depende de ti mismo y te permite renacer como persona para ver la vida que se te abre”.
Moya también opina que hay que poner cordura en la apología del uso de alcohol, sea en el ámbito social o deportivo. “No puede ser que en competiciones deportivas regalen botellas de vino a los ganadores o que te ofrezcan cervezas gratuitas a la llegada a meta”, critica.
Montaña o asfalto? “Tengo el corazón partido, mitad y mitad”, dice entre bromas. El asfalto asegura que le aporta constancia y progreso, con un punto importante de meditación. “Las mejores ideas las he tenido corriendo”, expresa. La montaña le da un sentimiento de libertad y de liberación sin estar pendiente del reloj. Además, hace valer la “impresionante red de caminos que tenemos en Tarragona y que a veces no conocemos”.
Xavier Moya y Jesús Gellida ya se encuentran preparando la Draa Running Expedition. Allá les espera un territorio que mezcla espacios pedregosos con otros desérticos, con un temperaturas de más de 30 grados como bien conoce Jesús después de su participación en la Marathon Des Sables. Xavi ya avanza que “el peor enemigo será la arena”.
Después del verano, Xavi y Jesús abrirán un espacio de micromecenazgo. La totalidad de la recaudación irá destinada a la fundación Hay Salida, que ofrece servicio de apoyo terapéutico a personas sin recursos que luchan para salir de la adicción.
Texto: Josep Gallofré
Foto: Xavier Moya